El índice de percepción de la corrupción muestra que la corrupción generalizada está debilitando la respuesta de la acción contra el Covid-19, y amenazando la recuperación global, según expone Transparencia Internacional.
Una mujer denuncia la supuesta corrupción del Gobierno durante una manifestación contra el presidente guatemalteco Alejandro Giammattein en Ciudad de Guatemala, el 22 de agosto de 2020. © Johan Ordoñez / Foto de Archivo / AFP
La ONG presentó su tradicional clasificación anual sobre el Índice de Percepción de la Corrupción (CPI), en el que dos tercios de los 180 países contemplados quedaron por debajo de los niveles aceptados. El organismo advirtió sobre la situación particular de América Latina, donde sólo tres de las 19 naciones analizadas obtuvo una puntuación favorable.
El Índice de Percepción de la Corrupción (CPI por sus siglas en ingles), publicado por
Transparencia Internacional , revela que la corrupción está socavando los sistemas sanitarios y contribuyendo al retroceso democrático en plena pandemia de Covid-19.
El informe indica que los países con buenas puntuaciones en el índice invierten más en sanidad, tienen más capacidad de proporcionar cobertura sanitaria universal y son menos propensos a vulnerar las normas e instituciones democráticas o el estado de derecho.
«El Covid-19 no es solo una crisis sanitaria y económica: es una crisis de corrupción. Y no la estamos superando», ha declarado Delia Ferreira Rubio, Presidenta de Transparencia Internacional. «Hasta donde alcanza la memoria, ningún año ha puesto a prueba a los gobiernos como el que ha pasado, y aquellos que tienen los niveles más altos de corrupción han demostrado menor capacidad para afrontar el reto. Pero incluso los países que ocupan los primeros puestos del índice tienen la obligación urgente de reconocer su papel en perpetuar la corrupción dentro y fuera de sus países».
En el Índice de Percepción de la Corrupción de 2020, dos tercios de los 180 países relevados no alcanzaron los niveles aceptados de medición. El informe advierte sobre la situación de la corrupción a nivel global, con una puntuación media mundial de 43 sobre 100 y ningún progreso registrado "en la última década" en la mitad de los países contra las prácticas ilícitas, como el "soborno y la malversación a los precios abusivos y el favoritismo".
Asimismo, el informe indica que los países donde sus ciudadanos perciben como más corruptos han sido también los que peor han respondido ante el Covid-19.
El reporte alerta "que la corrupción no sólo socava la respuesta sanitaria global al Covid-19, sino que también contribuye a prolongar la crisis democrática" y asocia las acciones ilegales de los gobiernos con "una menor cobertura de la sanidad pública y mayores tasas de mortalidad infantil y maternal, de muerte por cáncer, diabetes y enfermedades respiratorias y cardiovasculares".
Dinamarca y Nueva Zelanda son los países con mayor transparencia, mientras que Estados Unidos muestra su peor nivel desde 2012.
En el ranking, Dinamarca y Nueva Zelanda se mantienen a la cabeza con 88 puntos sobre 100 posibles, seguidos de Finlandia, Singapur, Suecia y Suiza, con 85. Al fondo de la tabla se ubican Venezuela, Yemen (con 15 cada uno), Siria (14) y Somalia y Sudán del Sur (con 12 cada uno).
En su informe, IT destaca los progresos más importantes de la última década, con Grecia,
Myanmar y Ecuador como los que más han avanzado. La contracara son Bosnia y Herzegovina, Malawi y Líbano, que son las naciones que más han retrocedido en los últimos diez años.
Estados Unidos, por su parte, cayó hasta su peor nivel desde 2012 y registró una merma por cuarto año consecutivo, coincidente con toda la presidencia de Donald Trump. En el ranking de 2020, el país norteamericano se ubica 25º con 67 puntos.
Transparencia Internacional acusó la falta de supervisión en el programa estadounidense de ayudas por el Covid-19, de un billón de dólares, lo que despertó la "seria preocupación" de la ONG y significó un "retroceso significativo" en la tradición de "normas democráticas para la promoción de la rendición de cuentas gubernamental".
En el repaso de otras potencias, China sumó un punto (llegó a 42) y escaló dos posiciones (hasta el 78º lugar), mientras que Rusia se ubica mucho más atrás, aunque se adelantó dos puntos y dos puestos (30 y 129º). A nivel europeo, la media de los países de ese continente se mantiene en 66 puntos.
América Latina
En América Latina, la pandemia ayuda a la corrupción estructural
El Organismo puso el foco en la situación de América Latina, donde la pandemia de coronavirus ha socavado los ya complejos esfuerzos para luchar contra la corrupción, un panorama que la ONG cataloga como "frustrante".
De acuerdo al CPI, sólo 3 de los 19 países latinoamericanos analizados se ubican por encima de los niveles aceptados, es decir, apenas un 16%, mientras que la media de puntuación es de 43 sobre 100.
Las naciones latinoamericanas que sus ciudadanos perciben como más limpias son Uruguay (71 puntos), Chile (67) y Costa Rica (57), los únicos tres que escalan a los registros aprobados. En contrapartida, Honduras (24), Nicaragua (22) y Venezuela (15) son identificados como los más corruptos.
El registro lo completan Cuba (47),
Argentina (42) , Colombia y Ecuador (39), Brasil y Perú (38), El Salvador (36), Panamá (35), Bolivia y México (31), República Dominicana y Paraguay (28).
El informe expone que Brasil padece un "deterioro democrático severo" con "injerencias" y "ataques" a la Justicia y a la prensa proveniente del presidente Jair Bolsonaro; México sigue atascado pese a los compromisos del mandatario Andrés Manuel López Obrador; y en Argentina, algunos procesos judiciales ligados a casos de corrupción se han ralentizado.
La consejera regional para América Latina de TI, Luciana Torchiario, advirtió su preocupación por la "institucionalidad muy precaria" en Nicaragua y Venezuela, los dos países con peor registro de la región.